Si ves que desaparece tu comida, ten cuidado y vigila tu desván, podrías tener al chico de los ojos de gato contigo
«El chico de los ojos de gato (Nekome Kozō 猫目小僧)» es para mí una de las mejores publicaciones que se han hecho en el 2020 en el mundo del manga, no me cabe ninguna duda. A Kazuo Umezz le tenía muchísimas ganas desde hace tiempo, sobre todo tras ver la entrevista que publicó EspaiDaruma sobre el considerado «padre del terror». Desde luego, Umezz es un personaje de lo más variopinto e interesante, con unas obras que, aunque precoces (publicó su primer manga mientras estaba en el instituto), resultan ser de una calidad y originalidad que no se acostumbraba a ver en su época. Conocido sobre todo por sus obras de terror combinadas con un humor ácido o infantil, en ocasiones, que marcaron un antes y después en el género del horror, sentando las bases de futuros artistas como Junji Ito, Suehiro Maruo, Shintaro Kago o Hideshi Hino.
Umezz se caracteriza por su versatilidad tanto en el manga, publicando obras tan dispares como el terror y el humor (Makoto-Chan, precursora de Shin Chan de Yoshito Usui); el cine, dirigiendo varias adaptaciones de sus obras; y el mundo de la televisión, siendo prácticamente una estrella televisiva en Japón. Una vez me he explayado lo suficiente sobre este autor que me tiene atrapado por completo (os recomiendo ver la entrevista que publicó EspaiDaruma) vamos a continuar concretando un poco más sobre la obra a reseñar, «El chico de los ojos de gato». La edición publicada por Satori Ediciones cuenta con dos volúmenes, ambos de 500 páginas aproximadamente, en los cuales se recopilan varias historias cuyo protagonista es un chico mitad humano, mitad gato, que donde quiera que va lleva la desgracia consigo. Umezz, mediante este simpático pero despreciado personaje, realiza un recorrido ingenioso por los problemas de la humanidad juntando los caminos del terror y el humor.

¿De qué trata «El chico de los ojos de gato»?
«El chico de los ojos de gato» es un manga de terror que recopila varias historias publicadas originalmente desde 1967 hasta 1976 por las editoriales Shōnen Gaho (1967–1968), Shōnen King (1968–1969) y Shūkan Shōnen Sunday (1976), donde el protagonista es un chico mitad humano, mitad monstruo al que llaman El chico de los ojos de gato, o simplemente, El chico gato. Atrapado entre dos mundos, el de los humanos y el de los monstruos, es despreciado y condenado a vivir en soledad por su condición. A pesar de ello, nos encontramos con un personaje amable, desapegado de los problemas terrenales o humanos, pero que no pierde su lado más humano y empático para ayudar a los más desfavorecidos. En el primer tomo podemos encontrar publicadas las historias de «El hombre inmortal«, «El demonio feo«, «Los imitadores de Tsunamis«, «Monopierna de Odai» y «Agrupación Cien Yokai«.

A lo largo de estas historias Umezz nos presenta a un protagonista que lleva una vida nómada, instalándose ya sea, en los áticos de las casas más abandonadas que encuentra o de gente que le llama la atención, pero nunca quedándose mucho tiempo en ningún sitio. Mediante este modo de vida, El chico gato vive una aventura tras otra donde el terror siempre está asegurado, pues el mismo atrae la desgracia, siendo partícipe de las historias más inverosímiles. «El demonio feo», quizá una de las historias que más me llamaron la atención, es la historia del nacimiento de un niño tan extremadamente horrible que nadie en el mundo lo quiere y tan solo su padre intenta que lleve una vida lo más normal posible. Umezz relata así el proceso de deshumanización que pueden sufrir las personas al verse expuestas al desprecio de la sociedad, derivando en una pérdida de la empatía tal, que convierte a las personas en verdaderos asesinos sin piedad. Y a su vez, nos muestra una historia similar a la del chico gato, pero con algunos aspectos distintivos que hacen que reflexionemos sobre porqué el llamado «demonio feo» se deshumaniza, mientras que nuestro protagonista no.
Otro aspecto que trata Umezz, aunque algo más de pasada, es el rechazo amoroso producido por una chica que lo desprecia y no corresponde su amor, y como ello puede llevarte a terminar de sumirte en lo más profundo. Podemos ver también, la influencia de «Frankenstein» o «El moderno Prometeo» de Mary Shelley a lo largo del relato, donde se nos presenta un personaje de lo mas peculiar que se hace llamar Doctor Yokai, científico dedicado a investigar sobre el trasplante de cerebros, de una manera similar a lo que podría ser Víctor Frankenstein queriendo desentrañar «la misteriosa alma del hombre». Nos encontramos ante un relato que considero claramente inspiró obras como «El niño gusano» de Hideshi Hino, publicado en 1975, donde el protagonista es también un niño enfermizo alejado de la sociedad y acaba convirtiéndose en un horrible gusano. Todo esto junto a un estilo artístico que combina un dibujo, a primera vista, amigable y delicado, pero que termina derivando en algo grotesco y horrífico, hace de este relato uno de los mejores de todo el primer tomo.

«Monstruo… Aquella única palabra que dijo la chica me arrojó a la más tenebrosa de las oscuridades»
Los tres siguientes relatos, «Los imitadores de Tsunamis«, «Monopierna de Odai» y «Agrupación Cien Yokai» tienen todos un denominador común, los yokais. Cuando hablamos de yokais y más concretamente, de yokais en el mundo del manga no podemos evitar nombrar a Shigeru Mizuki, el máximo divulgador del folclore japonés, cuyos trabajos marcaron un antes y un después en muchos ámbitos artísticos. Umezz se inspira en todo este mundo de Mizuki para contar sus propias historias, donde por ejemplo, en «Los imitadores de Tsunamis» se nos cuenta el nacimiento de El chico gato y el surtimiento de unas extrañas piedras que se dice, llaman a los tsunamis. En «Monopierna de Odai» el chico gato se ve involucrado en la venganza de un yokai hacia un niño que mata insectos por puro placer y en «Agrupación Cien Yokai» encuentra una banda que también buscan venganza porque la sociedad los discrimina por ser distintos, dedicándose a desfigurar a todos aquellos que tienen el alma corrompida. Con estos relatos Umezz, combina la magia y la fantasía que aportan estas criaturas del folclore japonés con una historia cruda, grotesca y terrorífica como tan solo el padre del terror puede hacer.
En el tomo dos se termina de desarrollar la historia de «Agrupación Cien Yokai» y se recopilan dos relatos largos, «El yokai Nikudama», «La Kannon de mil brazos» y otros cuatro más cortos, «La escalera», «La promesa», «La mano» y «Los amigos». Gran parte de estos últimos cuatro relatos están dibujados a color con un estilo peculiar más vintage, donde predomina el color rojo e incluso, podemos ver a un niño vestido con la camisa de rayas típica de Umezz. «El yokai Nikudama» y «La Kannon de los mil brazos» continúan siendo historias donde el folclore japonés y la religión tienen una marcada presencia, y una vez más, Umezz los utiliza para combinarlos con su estilo de terror, humor ácido y de reflexión sobre aspectos de la vida. En los últimos cuatro relatos es cuando podemos vislumbrar al Umezz más personal y de culto, a mucha gente le suelen parecer algo más aburridos, pero para mí tienen un trasfondo muy interesante, ya que, se tratan temas más filosóficos, éticos y morales. Por ejemplo, en «La escalera» nos encontramos con un niño que ha perdido a su madre y se ve sumido en una espiral de depresión y negatividad, deseando como única petición, poder volver a su madre aunque sea una sola vez más. El chico gato le mostrará una forma de poder volver a su madre, en la escalera, rompiendo las normas del mundo humano y desencadenando en un relato de terror al más puro estilo Umezz.

¿Lo recomiendo?
Bueno, creo que ha quedado bastante claro con la longitud de esta reseña y su contenido que me he sentido irremediablemente atrapado por Kazuo Umezz y su terror. Pero por si acaso, os lo remarco, leed esta magnífica obra atemporal del terror y disfrutaréis como si fueseis niños de nuevo. También tenéis «La casa de los insectos» de Kazuo Umezz, publicado una vez más por Satori Ediciones, manga de terror que espero poder leer y reseñar en unos días.
Historias de verdadero terror, si te gusta Junji Ito, Suehiro Maruo o Hideshi Hino, aquí tienes al pionero.
Un estilo artístico impecable que combina lo delicado y bonito para sorprenderte con algo grotesco y horrible.
El chico de los ojos de gato es un gato y eso siempre mola :).
Por buscarle algún punto negativo, en algunas ocasiones como en el primer relato y alguno del segundo tomo la historia se hace algo pesada y decae frente a otros.

Ficha técnica:

Título: El chico de los ojos de gato
Título original: Nekome Kozō 猫目小僧
Autor: Kazuo Umezz
Editorial: Satori Ediciones
Precio: 22€ por tomo
Páginas: 536/ 488
Sinopsis: Mitad humano, mitad monstruo el Chico de los Ojos de Gato está condenado a la soledad: demasiado parecido a los humanos para ser aceptado en el mundo de los demonios, demasiado monstruoso para vivir entre humanos.
Muchas gracias por pasarte a leer esta reseña sobre el gran Kazuo Umezz, espero la hayas disfrutado y te animes a leer alguna de sus obras. Puedes seguirme en mis redes sociales, suscribirte al boletín o compartir este artículo para apoyar mi trabajo.
2 comentarios
Umezz, mi descubrimiento del año. Gracias, como siempre, a Satori. Y para acabar de redondearlo, he tenido la suerte de que en la biblioteca de mi barrio tienen su Aula a la deriva, totalmente agotado (reeditadlo!), y es una maravilla.
Umezz es, sin duda, un mangaka de lo más interesante. Yo tras leer El chico de los ojos de gato ya tengo La casa de los insectos, que lo publica Satori también, y me he comprado la edición en ingles de Aula a la deriva