«Ni siquiera yo sé si me casaré o si tendré hijos. O puede que muera antes. ¿Por qué tengo que renunciar a lo que quiero ser o hacer en el futuro que no sé si llegará o no?»
Kim Ji-young nacida en 1982 es la primera obra de Cho Nam-joo en ser traducida al español, de la mano de Joo Hasun. Sus otras dos novelas no han sido traducidas aún al español y tampoco se conoce si lo serán.
Alfaguara ha publicado esta novela corta de apenas 160 páginas después del gran boom que ha provocado la escritora en toda Asia. Es un relato que refleja la desigualdad de la mujer en muchos aspectos de su vida en Corea, y como ello afecta diariamente a millones de mujeres. A pesar de estar escrito para el público coreano es una historia universal en la cual todos podemos sentirnos identificados. De la biografía de la autora se sabe poco, nació en Seúl en 1978, se licenció en Sociología y ha trabajado durante 10 años como guionista de televisión.
«La regla indiscutible en la casa era servir el arroz recién hecho a su padre, a su hermanito y a su abuela, siempre en ese orden […] No era raro que las niñas se quedaran solo con las sobras.»
Kim Ji-young es una mujer aparentemente feliz, casada y con hijos, que de repente empieza a hablar con las voces de su madre, de una amiga desaparecida, de otras mujeres… Lo que al principio parecía una broma cobrará sentido a medida que vayamos indagando en su pasado y descubriendo los problemas de su vida.
Esta historia podría ser la historia de cualquier mujer de Corea del Sur. Precisamente el que la protagonista se llame Kim Ji-young no es algo escogido al azar. Es el nombre más común para las mujeres en Corea, lo que hace que la lectora coreana se identifique de una manera mucho más profunda. Mujeres normales con aspiraciones normales ven truncados sus sueños por el mero hecho de haber nacido mujeres. Mujeres sobresalientes que no pueden aspirar a más porque los hombres tienen el control de sus vidas. Esta es la historia que nos relata Cho Nam-joo, donde a pesar de la época en la que vivimos nos intenta hacer ver que aún queda mucho por luchar para conseguir la igualdad de género en muchos países de Asia, África o incluso Europa y América.
«Una mujer demasiado inteligente es una complicación para una empresa. ¡Mírate! ¿Te das cuenta de lo complicada que eres?»
De una manera narrativa-periodística, aporta datos que apoyan al argumento narrativo enriqueciendo la lectura. Mediante artículos, estadísticas, datos, Cho Nam-joo nos presenta una historia ficticia pero que podría ser muy real. Nos relata como es la vida siendo mujer en Corea a día de hoy. Donde se piensa que el lugar de la mujer es tener hijos y cuidarlos, mientras que el hombre es el que trabaja para mantener la familia.
Nos presenta una sociedad la cual mantiene unos pensamientos culturales muy atrasados en lo respectivo al feminismo. El cabeza de familia siempre es el hombre, mientras que la mujer es la que se encarga de las labores de la casa. Una sociedad donde el techo de cristal es abismal, no permitiendo a la mujer llegar con la misma facilidad a altos cargos como a un hombre.
¿Lo recomiendo?
Recomiendo su lectura indudablemente, es una historia universal sobre la igualdad de género. Contada con una inteligencia y sutileza sin igual. El único aspecto negativo que podría destacar es que el recurso del problema de Kim Ji-young, que se nos presenta al principio, queda algo forzado y no se profundiza mucho más en él. Aunque está claro que el mensaje de la autora es transmitido de una manera sublime y merece todo el mérito de haber sido un superventas en Corea y en toda Asia.
Ficha técnica:

Título: Kim Ji-young nacida en 1982
Autor: Cho Nam-joo
Editorial: Alfaguara
Precio: 16,90€
Páginas: 160
Sinopsis: Esta novela ha pasado de ser la breve historia de una joven coreana a convertirse en un terremoto que ha sacudido a las mujeres de medio mundo. Kim Ji-young (que lleva el nombre más común entre las mujeres coreanas nacidas en 1982) es aparentemente una mujer como cualquier otra, con una juventud sin pena ni gloria, siempre a la sombra. Todo se retuerce cuando, de repente, Kim empieza a hablar con las voces de su madre, de una amiga desaparecida, de otras muchas mujeres. Lo que parecía una broma adquiere el tono de una respuesta, de una insurrección y, para los demás, el tono de una enfermedad.
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